POEMA INVENTADO PARA MI GRAN MAESTRO
En las horas de enseñanza te hemos visto bajar tu mirada marchita, en donde se asoma con tristeza tu lagrima, como el que a perdido toda esperanza; cuando con desconsuelo ves que tus anhelos de enseñanza han sido ignorados por lo que deben de escuchar para aprender , o ignorado por los que examinas.
Desconsolado por tanto trabajo, llegado el momento en el que te dan como trofeo su indiferencia o desprecio.
Orgulloso debes sentirte, por que el mañana te lo gratificara y a el se lo cobrara. Con gran amargura recordara tus sabias enseñanzas, pero, solo se, lo lamentara…
Maestro, tu que has de plasmar mi alma y modelar mi corazón, compadécete de mi fragilidad. No me mires con ceño adusto si no te comprendo, ten paciencia.
No te moleste mi bulliciosa alegría; ¡compártela!
No atiborres mi débil inteligencia con nociones superfluas. Enséñame lo útil, lo verdadero, lo bello.
Trátame con dulzura, Maestro, ahora que soy pequeño.
Cuantos dolores me esperan en la vida: en m medios de ellos, el recuerdo de tu benevolencia será
estimulo bienhechor.
No me riñas injustamente…Ámame, Maestro, que yo también aunque no sepa demostrártelo te amare mucho, mañana mas que hoy.
Cultívame, Maestro, como un jardinero a sus flores. Y yo perfumare tu existencia con el incienso perenne del recuerdo y la gratitud.
Maestro, buen Maestro, que haz de dar luz a mis ojos, aliento a mi cerebro, bondad a mi corazón, belleza a mi alma, verdad a mis palabras y rectitud a mis actos te ofrezco mi gratitud y mi cariño sin cuento…